The Big secret for the Small Investor

Muy recomendable este libro de Joel Greenblatt. A continuación se resumen las IDEAS CLAVE.
El descuento de flujos. El valor de una compañía es igual a la suma de todos los beneficios que se esperan obtener a lo largo de su vida (descontados estos al valor de hoy con un determinada tasa de descuento). Los beneficios de los próximos veinte o treinta años, son de donde proviene la mayor parte del valor, mientras que los beneficios de los próximos trimestres o años tan sólo representan una pequeña parte de este.
El cálculo del valor se basa en proyecciones. Pequeños cambios en las previsiones de beneficios futuros, implicarán grandes diferencias en las valoraciones. Pequeños cambios en la tasa de descuento aplicada para actualizar los flujos futuros, conllevarán a grandes diferencias en la valoración. Pequeños cambios en ambos factores, nos volverán locos.
En base a esto, Joel Greenblat se pregunta ¿Cuán significativo puede ser el valor estimado por los expertos? Concluye, que no mucho.
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A parte del descuento de flujos, el libro hace referencia a otros métodos complementarios para obtener un valor más realista.  A través de preguntas a las que se busca respuesta se define cada método.

  Valor relativo:
  • ¿En qué sector está la compañía? ¿Por cuánto están siendo vendidas compañías con negocios parecidos?
  • ¿Cuál es la relación entre las beneficios de la compañía y su precio? ¿En relación a esto, parecen más baratas o más caras?
  • ¿Qué perspectiva tiene de crecimiento la compañía ? ¿Es esta perspectiva mejor o peor que su sector? 
  Valor de adquisición:
  • ¿Cuánto puede valer la empresa para alguien más? Se planta en relación al ahorro de costes que puede suponer una combinación de negocios y que se traduce en un mayor valor para la empresa adquirente que el que la empresa adquirida tiene en mercado por si sola.
   Valor de liquidación:
  • En este caso se miran los activos de la empresa y no sólo a los beneficios. Algunas compañías valen más “muertas, que vivas”. Es el caso de aquellas empresas que pierden dinero, y por ejemplo, serían capaces de vender sus edificios, sus terrenos, sus inventarios e incluso su marca por más de lo que valdría la empresa en funcionamiento.
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Dada la dificultad de estimar los beneficios futuros y de descontarlos correctamente, Greenblatt plantea comparar la rentabilidad estimada con:
  1. La rentabilidad que obtendríamos del bono soberano a largo plazo. Es decir, comparar nuestra inversión con la retorno “libre de riesgo”. Si nuestra rentabilidad es significativamente superior que el tipo libre de riesgos, teniendo en cuenta la confianza en nuestros cálculos.
  2. La rentabilidad de otras alternativas de inversión. El retorno esperado de nuestra potencial inversión y nuestro nivel de confianza, se deben confrontar con otras posibles alternativas de inversión.
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Las estrategias ganadoras se deben desviar de los índices de mercado. Esta afirmación se plantea antes de describir la problemática con los fondos de inversión.  Según el autor, casi todos los gestores tienen extensos períodos de underperformance y por lo general todos los inversores huyen de los fondos que no son rentables. Además, argumenta que cuando los inversores identifican un gestor bueno, este ya tiene acumulado grandes capitales que harán más difícil que siga con su estrategia.
El libro concluye con el planteamiento de un “value weighted index”, entre cuyas características se destaca:
  • Estrategia: (i) Buscar compañías baratas respecto a sus ingresos del último año,  y  (ii) que al mismo tiempo puedan investir su propio dinero a altas tasas de retorno.
  • Cuanto más barata consideremos que está una compañía, mayor peso tendrá en la cartera.
  • Utiliza medidas de “barato” (earning yield) y “calidad” (return on capital). La cartera se adaptará constantemente a las compañías con estas dos cualidades.
  • Una cartera muy diversificada.
  • Es más similar a un índice que a un gestor activo.
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Finalmente, como probablemente el inversor continuará cometiendo los mismos errores sin importar el número de veces que equivoca, plantea que se establezca una cartera basada en números y no en emociones.
  1. ¿Con qué % de activos te consideras cómodo invirtiendo en renta variable? Elige un número
  2. Entonces puedes ajustar ese % un 10% por arriba o por abajo.
Lo más importante es tener los principios generales correctos y el carácter para seguirlos…

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